Ensartar anillos de colores en unos par de palitos puede parecer fácil, pero cuando metes esos anillos en una caja de plástico y la llenas con agua, la cosa se complica. Tanto es así, que muchos niños pasamos horas y horas dándole al botón que empujaba los aros con un chorro de aire.
Con eso no bastaba, así que también había que andar y moviendo para un lado y para otro el aparato, intentando ensartar los aros en su sitio. Y cuando estabas a punto de colocar el último, había otro que se salía… Así hasta que estaban todos ¿Y entonces? Pues nada, a volver a empezar ¡Eso si que era diversión gratuita!
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